Al ser la mayor de 13 hermanos Mirian tuvo que trabajar desde muy pequeña. Luego se casó y se dedicó a cuidar a sus hijos y a su esposo desde las tareas del hogar. A pesar de que nunca sembró coca, vendía los productos de su finca a coqueros y raspachines, y muchas veces se vio en peligro debido a la violencia producida por la ilegalidad y el enfrentamiento entre grupos armados. En varias ocasiones tuvo que levantar un nuevo hogar desde las cenizas.
Como Mirian, mujeres que sustituyeron los cultivos de coca en toda Colombia están construyendo una vida distinta para ellas y sus comunidades. La serie web Sembradoras de Paz recoge los testimonios de participantes del Plan de contingencia que apoya familias vinculadas al Programa Nacional Integral de Sustitución de cultivos de uso ilícito (PNIS), y que hoy se han convertido en motores del desarrollo sostenible de sus territorios.